sábado, 4 de julio de 2015

Inicio de mis actividades públicas

A partir de hoy, 4 de julio, empiezo mi ciclo de publicaciones, si bien soy escritor desde hace mucho tiempo (tengo consciencia de estar escribiendo desde, como mínimo, los doce años).

Es una fecha especial para mí, porque en una fecha como ésta, en 1776, se declaró una revolución que sería la que inspirara la Revolución Francesa y las revoluciones de toda América. Un día como hoy, mucha gente consumó la realización de un código de leyes que ponía en primer lugar al individuo, antes que a cualquier otra cosa. Ya no había sangre real, ni dioses, ni sociedad, a los cuales debiera venerarse por encima del ser humano. Se reconoció que la base de todo es la vida individual y a esas entidades supuestamente superiores se les puso límites. Fue el mayor logro jurídico en varios siglos.

Hubiera sido mejor entendido, probablemente, si iniciara el 9 de julio, fecha de la independencia nacional que también valoro mucho, pero tengo tanta emoción que quiero empezar ya mismo. Tal vez, a pesar de la posible incomprensión por parte de mucha gente de mi país, sea mejor así, porque ésta es una fecha de importancia mundial para el que la entiende en toda su plenitud. Es como si tuviera a todas las personas del mundo frente a mí, y les dijera: "valoro que cada uno de nosotros, sin importar el país, sea tenido en cuenta como persona y que su vida, en el pleno sentido de la palabra, sea la finalidad de nuestros códigos de justicia".

Conozco las desviaciones y problemas que han surgido a partir de ese tiempo, la confusión y los cantos de sirena por los que pasamos, pero, desde el momento en que se planteó que el individuo y sus derechos son lo más importante, dimos un paso adelante gigantesco y lo quiero celebrar ahora.

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